LECCIÓN 08, Para el Sábado, 22 de febrero (2014).
CON LOS RICOS Y FAMOSOS.
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
Deuteronomio 8:17, 18; Génesis 13:5, 6; Juan 3:1-15; Lucas
19:1-10; Marcos 4:18, 19; Mateo 19:16-26.
PARA MEMORIZAR:
"Porque raíz de todos los males es el amor al dinero,
el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de
muchos dolores" (1 Tim. 6:10).
SE HA DICHO: "La gente gasta dinero que no tiene en
cosas que no necesita a fin de impresionar a gente que no le cae bien".
Se puede debatir cuánta verdad contiene este dicho; pero lo
que no se puede debatir, sin embargo, es que el dinero tiene una influencia
poderosa sobre todos nosotros. Siendo que los hábitos financieros personales
representan ampliamente los valores de una persona, el dinero es realmente un
asunto espiritual. Sin duda, por esto la Biblia habla extensamente de él.
Además, la fama con frecuencia acompaña a la riqueza. Las
estrellas del espectáculo, los atletas destacados y los políticos a menudo
poseen ambas. Las personas famosas ejercen influencia, que es una forma de
poder. Sin embargo, Jesús no se dejó impresionar por la riqueza o el poder de
nadie. Sencillamente procuró alcanzarlos por la misma razón por la que hizo
todo lo demás: quería que ellos tuvieran la clase de riqueza que el dinero no
puede comprar.
Domingo, 16 de febrero (2014).
RICAMENTE BENDECIDOS.
Como seres humanos caídos, estamos sujetos a los celos,
especialmente de los que tienen más dinero que nosotros (sin importar cuánto
dinero tengamos ya nosotros mismos). La Biblia no menospreció la riqueza ni a
los ricos. Como en muchos otros aspectos de la vida, surgen problemas no por
las cosas mismas, sino por la forma en la que nos relacionamos con ellas.
¿Qué consejo ofrece la Escritura con respecto a la riqueza?
Deut. 8:17, 18; Génesis 13:5, 6; 41:41-43; Job 1:1-3; Dan. 4:28-31. ¿Por qué
era muy importante que Israel no olvidara de dónde provenían sus bendiciones?
No hay dudas de que personas como Abraham, José, Mardoqueo,
Ester, Ezequías, Josías y Josafat fueron ricos, pero también con mentalidad
espiritual. Sin embargo, el ejemplo de Nabucodonosor muestra el peligro que
produce hacer de las riquezas un ídolo, lo que es muy fácil que cualquiera
haga. Inversamente, para el antiguo Israel, el reconocer la generosidad de
Dios al suministrar la riqueza traía bendiciones espirituales y materiales. Se
les advirtió específicamente que no olvidaran de dónde venían esas bendiciones
(y es también una buena lección para nosotros).
En pocas palabras, las riquezas mismas no indican pobreza
espiritual o indiferencia. Ha habido personas ricas muy piadosas y fieles, y
también algunas bastante desagradables y malas. De cualquier manera, no
deberíamos permitir que el deseo de tener dinero llegue a ser una obsesión, ni
debemos despreciar a los que son ricos. Ellos necesitan la salvación tanto como
cualquier otra persona.
¿Cuál es tu actitud hacia los ricos? Es fácil ponerse
celoso, ¿verdad? ¿Cómo puedes aprender a ir más allá de esos sentimientos, y
ver a las personas ricas como son, almas con necesidad de un conocimiento
salvador de Jesús?
Lunes, 17 de febrero (2014).
ENCUENTRO NOCTURNO.
Las personas famosas, ricas y socialmente bien ubicadas no
intimidaban a Jesús. Cristo nunca se resintió con la élite social ni la
reverenció. El Salvador sabía que la prosperidad financiera no podía ofrecer
paz, contentamiento personal, relaciones significativas o propósitos bien
profundos. El magnate más rico puede estar más solo, vacío y enojado que el
creyente cristiano más sencillo, pobre y humilde.
Analiza el encuentro de Jesús con Nicodemo (Juan 3:1-15).
¿Qué eventos probablemente estimularon el interés de Nicodemo en el mensaje de
Jesús? (Indicio: repasa Juan 2:13-25) ¿Cuál fue el mensaje central de Cristo
para Nicodemo?
Nicodemo había presenciado el poder y la autoridad de Dios
revelados en el ministerio de Jesús, y procuró encontrarse con él, pero en
secreto. Jesús podría haber rehusado hacerlo así pero, no queriendo que ninguno
perezca, aceptó esa oportunidad de llevar a Nicodemo más cerca del Reino. La
pobreza de Nicodemo era espiritual, no material. Era rico en bienes del mundo y
ocupaba una elevada posición social; no obstante, estaba hambriento
espiritualmente.
Nicodemo se rebeló ante la sugerencia de que los israelitas
educados como él necesitaran conversión. Sin embargo, Jesús persistió, y le
presentó a Nicodemo la opción eterna entre la condenación y la salvación.
Temiendo el ridículo, Nicodemo rehusó aceptar la invitación de Cristo. Al
parecer, la entrevista había fracasado. Pero, esa semilla espiritual quedó
enterrada y germinó lentamente.
"Después de la ascensión del Señor, cuando los
discípulos fueron dispersados por la persecución, Nicodemo se adelantó
osadamente. Dedicó sus riquezas a sostener la tierna iglesia que los judíos
esperaban ver desaparecer a la muerte de Cristo. En tiempos de peligro, el que
había sido tan cauteloso y lleno de dudas, se manifestó tan firme como una
roca, estimulando la fe de los discípulos y proporcionándoles recursos con que llevar
adelante la obra del evangelio. Aquellos que en otro tiempo le habían tributado
reverencia lo despreciaron y persiguieron. Quedó pobre en los bienes de este
mundo, pero no le faltó la fe que había tenido su comienzo en aquella
conferencia nocturna con Jesús" (DTG 148)
Martes, 18 de febrero (2014).
RICOS E INFAMES.
La respetabilidad no siempre acompaña la riqueza. Aunque
muchos obtienen su riqueza honradamente por medio del trabajo duro, la
diligencia y las bendiciones de Dios, otros son simplemente estafadores. Peor
aún, algunos obtienen su dinero en forma legal pero inmoral, pues no todo lo
inmoral es ilegal, como todos muy bien sabemos.
Compara Mateo 9:10 al 13 con Lucas 5:27 al 32, y 19:1 al 10.
¿Qué motivó la crítica que afrontó Jesús? ¿Qué nos enseña acerca de la gracia
su reacción a la crítica?
Jericó, la ciudad donde vivía Zaqueo, había llegado a ser un
centro comercial importante y en ella había un palacio herodiano. A causa de su
ubicación geográfica, mantenía una estación de aduanas. Zaqueo pudo haberse
enriquecido fácilmente en forma legal como jefe regional de aduanas. Sin
embargo, la narración sugiere que la codicia lo indujo a sobrepasar los límites
legales. Los patriotas zelotes despreciaban a los recolectores honrados de
aduanas, viéndolos como herramientas de sus opresores romanos, pero desdeñaban
grandemente a los que eran deshonestos como Zaqueo. Mateo (Leví) ocupaba un
cargo similar en Capernaúm, bajo Herodes Antipas. Habiendo esencialmente
asumido el lugar de agentes del Gobierno romano, se los consideraba traidores
o, peor aún, ladrones traidores.
No obstante, Cristo no se acobardó. Desafiando las
restricciones sociales, Jesús comió con ellos, trayendo sobre sí intensas
críticas de sacerdotes y personas del pueblo por igual. Y, por la interacción
de Jesús con ellos, estos hombres despreciados finalmente fueron ganados para
el evangelio. Mateo no solo llegó a ser uno de los doce discípulos, sino
también un escritor del Nuevo Testamento.
Otra vez, debemos ser cuidadosos en cuanto a la clase de
juicios espirituales que emitimos acerca de la gente. Aunque no todos los
pecados son de la misma magnitud, y algunos son socialmente peores que otros (y
con buena razón), todos nosotros somos iguales ante Dios ya que todos
necesitamos la justicia de Cristo.
Piensa en algunas
personas bien conocidas pero despreciadas (y tal vez es comprensible que lo
sean) en tu cultura. Imagínate cómo sería si tuvieras la ocasión de testificar
a esa persona. ¿Querrías hacerlo? ¿Qué dirías?
Miércoles, 19 de febrero (2014).
MENSAJE ENCHAPADO EN ORO.
Analiza los siguientes textos: Marcos 4:18, 19; Lucas 1:51-53;
6:22-25; 12:16-21; 16:13. ¿Qué consejo práctico contienen estos pasajes? ¿Qué
advertencias espirituales se encuentran allí? ¿Cómo podríamos utilizar estos
textos para hacer discípulos entre los ricos?
Se ha dicho que no somos dueños de nuestras cosas; nuestras
cosas son dueñas de nosotros. Es muy fácil ser consumidos por las posesiones
materiales; por eso, Jesús advirtió sobre el "engaño de las
riquezas".
Piensa en cuán fácil es que el dinero, o la búsqueda de él,
ciegue nuestras prioridades espirituales. Cuán vital es que recordemos esta
verdad al procurar alcanzar a aquellos cuya riqueza puede haberlos ya
enceguecido.
Al mismo tiempo, todos necesitamos controlar la realidad.
Algunas personas viven como si, en el Juicio, solo les fueran a preguntar:
¿Cuánto dinero ganaste?
Cristo invirtió nuestras prioridades mal ubicadas. A la vez
que no se prohíben las posesiones, ellas deben ponerse en perspectiva. Los
bienes materiales son instrumentos de Dios diseñados para beneficiar a la
humanidad. Llegan a ser bendiciones cuando se comparten. Si se los acapara,
pasan a ser maldiciones.
Las personas materialistas, sean ricas o pobres, están en
peligro de sacrificar su bienestar eterno por placeres temporarios. La
satisfacción eterna se cambia por antojos pasajeros que se deterioran y pasan
de moda. Los humanos sirven a Dios o al dinero, nunca a ambos. Todos, ricos y
pobres, necesitan recordar: "¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el
mundo, y perdiere su alma?" (Mar. 8:36).
Esta advertencia acerca del materialismo es importante para
todos los creyentes; no solo por el bien de su alma, sino también por el bien
de ganar a otros. Después de todo, ¿cómo podemos advertir a los acaudalados
acerca de los peligros espirituales potenciales contenidos en sus riquezas
cuando nosotros mismos estamos atrapados por algo similar?
Jueves, 20 de febrero (2014).
TÉRMINOS DE PELIGRO.
Lee Mateo 19:16 al 26. ¿Qué peligros espirituales se revelan
en este pasaje? ¿Cómo pueden hoy los creyentes beneficiar a los "jóvenes
ricos"?
Él tenía credenciales, capacidades, recursos materiales,
moralidad incuestionable y una exagerada estima propia. El candidato a
discípulo pidió con fervor al Maestro la fórmula para la salvación. ¿Se había
sentido adulado Cristo? "¡Al fin estamos convirtiendo a las clases superiores!"
Al parecer, ningún regocijo manchó el pensamiento de Cristo. Si este suplicante
esperaba alguna felicitación, se chasqueó. En cambio, Cristo estableció los
Diez Mandamientos como la norma mínima de obediencia. Tal vez el joven rico se
había felicitado. Por su propia medición, sobrepasaba a otros. Pero Cristo, en
otro lugar, había requerido que nuestra justicia excediera la que poseían los
líderes religiosos. ¿Bajaría esa norma para acomodarla a este candidato? Judas
se habría alegrado, o cualquiera que manejara las relaciones públicas habría
estado feliz. Eso podría ayudar a su imagen pública: gente rica los apoyaba.
Sin embargo, las deficiencias espirituales no pueden
minimizarse: la misión de Jesús es sagrada. Cada indulgencia egoísta debe ser
entregada a él. Cristo esbozó un proceso de tres pasos: Vende tus posesiones,
dáselas a los pobres, sígueme. Este era un territorio espiritualmente
peligroso. Aunque joven, el posible discípulo había acumulado una fortuna
importante. Casas, campos, ropa a la moda, joyas, siervos, ganado: todo pudo
haber pasado por su mente. Pero los términos de Dios son inflexibles. Ni negociar
ni regatear puede reducir el precio: todo para Jesús; la grandeza terrenal
cambiada por los tesoros celestiales.
"¡Cuántos han ido a Cristo, listos para unir sus
intereses con los de él [... ] Deseando fervientemente heredar la vida eterna!
Pero, cuando se les presenta el costo cuando se les dice que deben abandonar
todo, casas y tierras, esposa e hijos, y no contar sus vidas como valiosas, se
alejan tristes. Quieren los tesoros del cielo, y la vida que se mide con la
vida de Dios, pero no están dispuestos a abandonar sus tesoros terrenales. No
están dispuestos a renunciar a todo para obtener la corona de la vida"
(RH, 19 de abril de 1898).
Viernes, 21 de febrero (2014).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee "Nicodemo", "Leví Mateo", "
'Una sola cosa te falta' " y "Zaqueo", El Deseado de todas las
gentes, pp. 140-149; 238247; 477-481; 506-510. También lee "Ministerio
entre los ricos", El ministerio de curación, pp. 160-166.
"Mucho se ha dicho respecto de nuestro deber para con
los pobres desatendidos; pero ¿no debe dedicarse alguna atención a los ricos
desatendidos? Muchos no ven promesa en ellos, y poco hacen para abrir los ojos
de los que, cegados y deslumbrados por el brillo de la gloria terrenal, no
piensan en la eternidad. Miles de ricos han descendido al sepulcro sin que nadie
los previniera. Pero, por muy indiferentes que parezcan, muchos de ellos andan
con el alma cargada. 'El que ama el dinero no se saciará de dinero; y el que
ama la riqueza no sacará fruto'. [...] 'Ninguno de ellos podrá, en manera
alguna, redimir al hermano ni pagar a Dios su rescate (pues la redención de su
vida es de tan alto precio que no se logrará jamás)'.
"Las riquezas y los honores del mundo no pueden
satisfacer el alma. Muchos ricos [... ] anhelan algo que ponga fin a la
monotonía de su vida estéril. Muchos funcionarios públicos sienten necesidad de
algo que no tienen. Pocos de ellos asisten a la iglesia, pues consideran que no
obtienen gran provecho. La enseñanza que allí oyen no conmueve su corazón. ¿No
les dirigiremos algún llamamiento personal?" (MC 160, 161).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
Los conversos
ricos sostuvieron financieramente el movimiento cristiano que nacía. Aunque
hubo excepciones, dar con sacrificio caracterizó a los creyentes en buena
posición económica. El Reino de Dios consta de personas de corazón íntegro de
toda clase social. Los cristianos no deberían sentirse intimidados por las
personas acaudaladas, sino que deben proclamar la revelación de Dios de que
pueden ser salvos. Sin comprometer la teología y los principios, ¿qué cambios
prácticos podría hacer tu iglesia para que personas de buena posición económica
puedan encontrar compañerismo allí? ¿De qué modo la estrategia evangelizadora
de tu iglesia está tratando de hacer discípulos entre ellas? ¿Qué cosas
específicas y realistas puede hacer tu iglesia para alcanzarlas?
Considera la cita
de Elena de White transcrita más arriba. ¿Cuál es la esencia de lo que dice?
¿De qué manera podemos ayudar a los que piensan que su felicidad se encuentra
en la riqueza y las posesiones a darse cuenta de su equivocación?
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