LECCIÓN 11, Para el Sábado, 15 de marzo (2014).
DISCIPULAR A LOS LÍDERES ESPIRITUALES.
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
Lucas 6:12-16; Juan 16:7-14; Lucas 6:20-49; Jeremías 50:31;
Isaías 57:15; Hechos 1.
PARA MEMORIZAR:
"En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la
noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a
doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles" (Luc. 6:12, 13).
AUNQUE JESÚS SIEMPRE se mantuvo activo en su obra de hacer
discípulos, reconocía que su jornada terrenal era corta. Por lo tanto, se
concentró en entrenar a discípulos para que continuaran la obra después de que
él se fuera. Era tanto su Señor Maestro como su Señor Entrenador. Aunque
enseñar y entrenar están relacionados, enseñar generalmente se refiere a la
comunicación de conocimiento, mientras entrenar sugiere la formación o la
calificación por medio de la práctica y la disciplina.
La preparación de los discípulos para el liderazgo
ciertamente involucraba recibir conocimiento; sin embargo, el crecimiento
espiritual era prioritario. Ellos necesitaban adquirir experiencia en las cosas
de Dios, en la fe, en las dificultades, en la santificación, en el sacrificio
propio, junto con una comprensión intelectual de las doctrinas y la teología.
El solo conocimiento era una preparación insuficiente para los rigurosos
desafíos que tenían por delante. Jesús les dio ambos.
Domingo, 09 de marzo (2014).
EL LIDERAZGO COMIENZA AQUÍ.
La estadía terrenal de Cristo fue relativamente corta. Por
lo tanto, adiestrar discipuladores era imperativo. ¿Quiénes debían ser
elegidos? Los discípulos de Jesús sin duda eran centenares. ¿Debían todos
recibir una educación masiva? Cristo comprendió que el liderazgo era cultivado
con efectividad en grupos pequeños, y no en masa por medio de conferencias. Un
número limitado sería escogido para la clase de graduados iniciales.
Estudia Lucas 6:12 al 16. ¿Qué hizo Jesús antes de elegir a
sus discípulos, y por qué eso era tan importante?
Elegir con efectividad requería sabiduría avanzada. Jesús se
acercó a su Padre celestial en oración para adquirir esa sabiduría. Del mismo
modo, la oración debe preceder la selección de los candidatos a líderes de
discipuladores en el siglo XXI. Siendo que, evidentemente, Cristo creía que él
necesitaba orar mucho para obtener la sabiduría requerida, ¡cuánto más los
cristianos de hoy deberían pedir esa sabiduría al elegir a los encargados de
velar por el progreso de la Gran Comisión!
Habiendo escogido a doce, Jesús los llamó apóstoles, sus
representantes comisionados investidos de autoridad espiritual. El grupo mayor
de discípulos presenció esta ordenación o comisión sin celos aparentes o
sentimientos negativos. Más tarde, Jesús comisionaría a un grupo mayor de 72 y,
tal vez, otros no registrados en las Escrituras. Sin embargo, los doce
apóstoles retuvieron la identidad de ser los más estrechamente vinculados a
Jesús; llevaban la mayor responsabilidad y, por lo tanto, requerían un
entrenamiento y un compromiso más intensos. Esta disposición señala con
claridad una estructura organizativa intencional entre los primeros cristianos.
Dentro de esa organización, Cristo invistió espiritualmente a los líderes con
las capacidades y la educación proporcionales a las tareas asignadas.
Piensa en las
implicaciones del tiempo que pasó Jesús en oración. ¿Qué debería decirnos esto
acerca de nuestra vida de oración? ¿Cómo te ayuda la oración?
Lunes, 10 de marzo (2014).
CONOCIMIENTO Y EXPERIENCIA - Parte I
La información era un componente del mensaje de Jesús que no
se podía reemplazar. La información sola no puede transformar; sin embargo,
cada transformación incluye información. Ciertamente, los conceptos no poseen
poder inherente para iniciar cambios; el Espíritu de Dios, obrando en los
corazones humanos, constituye el elemento necesario para la conversión,
Lee Juan 16:7 al 14. ¿Qué dice Jesús aquí que nos ayuda a
comprender cuán limitado es el conocimiento intelectual para comprender y
experimentar el verdadero cristianismo?
El conocimiento bíblico junto con el Espíritu de Dios
constituyen la combinación espiritual que transforma a las personas y a las
sociedades. El discipulador necesita esforzarse, con fe y estudio, por tener
ambos elementos.
El cristianismo tiene en alta estima la inteligencia, el
pensamiento y la imaginación. La existencia de pensamiento razonado en todas
las Escrituras, el tremendo respeto ofrecido a los maestros dentro del
judaísmo, la invalorable atención que los escribas dedicaban a conservar los
escritos antiguos, todo testifica de la importancia del conocimiento.
El cristianismo no es una fe irracional. No obstante,
ciertos sectores del cristianismo han elevado la emoción, los sentimientos y la
experiencia por sobre el conocimiento. Esta manera de pensar declara que lo que
la gente cree tiene poca importancia, porque la experiencia sola ya es
significativa. La obediencia y la adherencia a verdades específicas se consideran
como de importancia relativa; la emoción y la excitación religiosa llegan a ser
la vara de medir para una espiritualidad genuina.
La existencia de las Escrituras contrarresta esta
fascinación por la experiencia. La experiencia sin el conocimiento llega a ser
un misil sobrecargado y sin dirección. Inversamente, el conocimiento sin
experiencia está muerto o llega a ser legalista. Los verdaderos líderes cristianos
comprendieron la necesidad de cultivar ambos elementos tanto en ellos mismos
como en aquellos a quienes están discipulando.
Piensa en todas las
buenas razones que tienes para tu fe. Al mismo tiempo, ¿qué lugar ha jugado la
experiencia? ¿Por qué necesitamos ambas?
Martes, 11 de marzo (2014).
CONOCIMIENTO Y EXPERIENCIA - Parte II
Lee Lucas 6:20 al 49. ¿De qué manera estos textos revelan
tanto el conocimiento como la experiencia? Es decir, ¿de qué forma están unidos
aquí, que muestra por qué ambos son necesarios no solo en nuestro propio
caminar con Dios, sino también al hacer discípulos?
El conocimiento espiritual es indispensable para la
transformación espiritual. Cristo mismo era considerado como el Señor Maestro.
En medio de aulas abiertas a orillas del mar, en las montañas y entre las
maravillas creadas por Dios, Cristo diseminaba conocimiento transformador. El
Espíritu Santo despertaba conciencias antes cauterizadas para aceptar estas
verdades. El hacer discípulos es incompleto sin experiencia, pero la
experiencia debe ser dirigida por el conocimiento.
Los discipuladores del siglo XXI deben relacionarse
completamente con las Escrituras, la fuente de la información espiritual
auténtica. Del mismo modo, deberían diseminar doctrinas y enseñanzas sin tomar
en cuenta si son populares o convenientes. Dios espera que los creyentes
maduros no retengan nada y guíen con paciencia a los conversos infantes a una
comprensión y aprecio, siempre en expansión, de las maravillosas verdades del
cristianismo que transforman las vidas, especialmente la verdad presente de los
mensajes de los tres ángeles.
En el contexto de hacer discípulos, ¿qué dice Jesús en Lucas
6:39, que todos los que procuran hacer discípulos deben recordar? ¿Cómo podemos
estar seguros de que no somos aquellos acerca de los cuales Jesús nos advierte?
Al fin, una combinación de conocimiento y experiencia
produce un amor abnegado, y este será la fuerza más poderosa que pueda poseer
cualquier discipulador.
Miércoles, 12 de marzo (2014).
LOS PRIMEROS LÍDERES.
Es muy interesante e importante el hecho de que, al elegir
líderes, Jesús los escogió de la clase más humilde y menos educada. Cristo no
buscó entre los eruditos o elocuentes hombres del Sanedrín. Pasando por alto a
los maestros con justicia propia, el Maestro eligió a hombres humildes y sin
educación formal para proclamar las verdades que habían de mover al mundo. Él
se propuso entrenar y educar a estos hombres como líderes de su iglesia. Ellos,
a su vez, educarían a otros y los enviarían con el mensaje del evangelio.
"Para que pudiesen tener éxito en su trabajo, iban a ser dotados con el
poder del Espíritu Santo. El evangelio no había de ser proclamado por el poder
ni la sabiduría de los hombres, sino por el poder de Dios" (HAp 15).
¿Qué nos dicen los siguientes textos acerca de por qué
Cristo, para conducir a su iglesia, eligió a estos hombres en vez de buscar a
quienes parecían tener las cualidades necesarias para el liderazgo? Sof. 2:3;
Mat. 11:29; Jer. 50:31; Isa. 57:15.
Sin embargo, debemos ser cuidadosos de no hacer suposiciones
equivocadas acerca de por qué Cristo eligió a quienes eligió. Jesús no estaba
en contra de la clase educada o erudita; él mismo demostró mucho conocimiento a
una edad temprana (Luc. 2:46, 47). Es solo que, a menudo, los que tienen más
educación, riqueza o poder no están listos para humillarse en la forma en que,
especialmente los líderes, tienen que hacerlo para que el Señor pueda usarlos.
Esto no ocurre siempre, por supuesto; Dios también usó a tales hombres (piensa
en Nicodemo, José de Arimatea; ver también Hech. 6:7). Solo significa que, frecuentemente,
este tipo de personas tiende a no estar abierto a la conducción del Espíritu
Santo.
Lee 1 Corintios 9:19 y Filipenses 2:3. ¿Qué rasgos se
exponen aquí, y por qué son tan vitales no solo para un líder, sino también
para cualquiera que profesa el nombre de Cristo? ¿Cómo podemos aprender a
poseer esos rasgos en nuestra propia vida?
Jueves, 13 de marzo (2014).
LO QUE JESÚS DEJÓ.
Las siguientes generaciones dieron testimonio del éxito de
los esfuerzos anteriores. Siempre que estos generan resultados duraderos,
deberían estudiarse y repetirse los principios sobre los que se basan esas
realizaciones. ¿Produjeron resultados importantes los métodos que Cristo usó
para hacer discípulos?
Por supuesto que sí. Cambiaron al mundo. En realidad,
ninguno de nosotros estaríamos leyendo esta Guía de Estudio de la Biblia más de
dos mil años más tarde si no fuera por el éxito de Cristo al entrenar a los
líderes de la iglesia primitiva.
Lee Hechos 1. ¿Qué nos muestra este primer capítulo, en la
formación de la iglesia primitiva, sobre la necesidad de líderes ordenados por
Dios? ¿Qué buscaban en un líder? (Ver el vers. 22.) ¿Cuáles de estas
características tendríamos que tener en cuenta en nuestra búsqueda de buenos
líderes?
Jesús estableció su Reino, y ejemplificó los principios que
perpetuarían su crecimiento. Como pionero en el sendero de la oscuridad a la
luz, Cristo eligió líderes cuyas debilidades estaban eclipsadas por la
fortaleza de él, porque dependían completamente de él. Aunque fueron
desestimados por los líderes religiosos y eran académicamente deficientes,
brillaron más que ellos por su transparencia, humildad, dependencia y
autenticidad. Es muy vital que todos nosotros, cualquiera que sea nuestro cargo
en la iglesia, exhibamos tales características. Con el tiempo, los que poseen
una educación formal importante y una elevada posición social llegan a ser
parte de la iglesia.
"Como representantes de Cristo, los apóstoles debían
dejar una huella definida en el mundo. El hecho de que fueran hombres humildes
no disminuiría su influencia, sino que la acrecentaría, porque las mentes de
sus oyentes se dirigirían de ellos al Salvador, que, aunque invisible, seguía
obrando todavía con ellos. La maravillosa enseñanza de los apóstoles, sus
palabras de valor y confianza, darían a todos la seguridad de que no obraban
ellos por su propio poder, sino por el poder de Cristo" (HAp 19).
¿Qué buscas para los líderes de la iglesia? ¿Por qué?
¿Cuáles son las tres cosas principales que quieres ver en ellos? Lleva tu
respuesta a la clase el sábado y compara la de cada uno.
Viernes, 14 de marzo (2014).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee "Los primeros evangelistas", "El último
viaje desde Galilea" y "El Sermón del Monte", El Deseado de
todas las gentes, pp. 315-325; 449-459; 265-281. Lee también "La preparación
de los Doce", "La Gran Comisión" y "Los siete
diáconos", Los hechos de los apóstoles, pp. 1520; 21-28; 73-80.
"Por todo el campo de labor de Cristo, había almas
despertadas que comprendían ahora su necesidad, y tenían hambre y sed de la
verdad. Había llegado el tiempo en que debían mandarse las nuevas de su amor a
esas almas anhelantes. A todas estas, debían ir los discípulos como
representantes de Cristo. Los creyentes habían de ser inducidos a mirarlos como
maestros divinamente designados y, cuando el Salvador les fuese quitado, no
quedarían sin instructores.
"En esta primera gira, los discípulos debían ir
solamente adonde Jesús había estado antes y había conquistado amigos. Su
preparación para el viaje debía ser de lo más sencilla. No debían permitir que
cosa alguna distrajese su atención de su gran obra, despertase oposición o
cerrase la puerta a labores ulteriores" (DTG 317, 318).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
En la clase,
conversen sobre las respuestas que dieron a la pregunta final del jueves. ¿Qué
pueden aprender de ellas?
Lee Hechos 6:1 al
6. ¿Por qué este incidente revela una de las razones por las que la iglesia
necesita buenos líderes?
Medita en la idea del equilibrio entre la
experiencia y el conocimiento en la vida cristiana. ¿Es posible que personas
diferentes necesiten equilibrios distintos? Si es así, ¿cómo podemos aprender a
ser sensibles a esa diferencia en nuestros esfuerzos por hacer discípulos?
Además, considera este texto: "Porque los judíos piden señales, y los
griegos buscan sabiduría" (1 Cor. 1:22). ¿De qué manera revela este texto
la diferencia entre conocimiento y experiencia?
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